Hueco reverso

A partir de sus breves y lacónicos poemas, este libro, desde el título mismo, solo parece querer acercarnos aquello que existe del otro lado, aquello que inevitablemente se oculta a la mirada vulgar: Hueco reverso –se enuncia–, con ese boca invertida (entrada o  salida);  ese envés o respaldo de doble fondo, desfondado, que nos desliza mágicamente hacia el abismo del lenguaje, con una sencilla operación que, sin quererlo, se vuelve dual y misteriosa.

Como un mandala, dependiendo pura y exclusivamente de la mirada de cada lector.  De hecho cada palabra no hace otra cosa que jugar el juego de las escondidas, diciendo lo que no se dice, o mostrado lo que no podemos ver. Como en este poema, dirigido a un nombre inaudible; ese otro que usurpa el nombre de la autora, y que de alguna manera la designa desde su doblez: Tu nombre / no te nombra, / la erre retumba, / la erre está / en el origen de la roca.